jueves, 7 de marzo de 2013

Maquetando Anagennese

Tanto retraso que esto ya parece la espera para Diablo III.

Como comentaba en algún lugar del que no recuerdo, Anagennese está en maquetación. Si lo digo así casi suena como si estuviese en una rotativa gigantesca con tres maquetadores profesionales trabajando a destajo.
La realidad es quizá menos impresionante pero más romántica. Los maquetadores no somos otros que Urban y yo misma, que a este paso nos vamos a volver casi profesionales en el tema. Aprovechando que ahora mismo él es quien tiene todo el peso del libro y yo puedo tomarme un respiro, pensé que sería interesante explicaros un poco en qué consiste la maquetación del libro y porqué toma tanto tiempo.

En primer lugar, maquetar el libro consiste en preparar el texto visualmente para su reproducción, ya sea en papel o en formato digital. El texto, por tanto, ha de estar ya terminado, revisado y corregido ortográficamente cuando llega a maquetación.

Esta fase, aunque parece que por ser la última es quizá la menos importante, es crucial para que un libro funcione bien. ¿Porqué? Porque es la fase en la que realmente se piensa en el lector.
Hoy en día creo que muchos escritores escriben pensando en lo que le gustará al comprador, y ojo que digo comprador y no lector, ya que este tipo de escritores y editores ven al cliente como eso: 20 euros más para la saca.

Sin embargo algunos de nosotros todavía escribimos pensando en lo que a nosotros nos apetece escribir. Los correctores piensan en la lengua. Los maquetadores, sin embargo, piensan en vosotros. ¿Qué es lo mejor para los lectores? ¿Qué tipografía les resultará más cómoda? ¿Qué tamaño de letra?
Si utilizas un tamaño de letra demasiado grande, además de parecer un libro infantil, el número de páginas se disparará lo que no sólo aumentará los costes sino que disminuirá la maniobrabilidad del libro.  Si utilizas una tipografía demasiado complicada, los ojos deberán hacer el doble de esfuerzo al entender lo escrito, por lo que la vista se agotará y las posibilidades de que tus lectores abandonen el libro simplemente por el dolor de cabeza que les produce leerlo serán preocupantes.
Otro tema a tener en cuenta son los márgenes. Cuando abrimos un libro bien maquetado nos da la sensación de que el texto está exactamente en el medio. Si os fijáis bien, os daréis cuenta de que no es así. Especialmente en libros gruesos, el encuadernado se lleva un porcentaje del papel a la hora de abrirlo, y si no damos más margen interior corremos el riesgo de que el texto acabe tan pegado al borde que nos resulte difícil de leer. Por otro lado, también necesitamos el suficiente margen en el lado exterior para poder sujetar el libro con el pulgar sin que cubramos con él una parte del texto.

¿Dónde separar textos? ¿Cómo indicar al lector cuando hay un cambio de escena, un cambio de narrador o un cambio de punto de vista? ¿Cómo remarcar textos dentro del texto (artículos de un diario, un párrafo de un texto que el personaje está leyendo...) ?
Anotaciones al pie de página, ilustraciones bien posicionadas, un índice cuidado... son muchos los detalles a tener en cuenta. Detalles que en ocasiones nos obligan a ir página por página. Y eso, en un libro de 600 páginas, puede ralentizar bastante el proceso.

Maquetar para ebook es otro mundo en el que acabamos de sumergirnos como auténticos novatos. Muchos piensan que no tienes más que exportar en pdf y darle a la varita mágica de los conversores. Bien... si no te preocupa mucho y lo único que quieres es publicar ya y ahorrarte tiempo, siempre puedes hacerlo.
Ahora bien, si te preocupa hacer una buena edición, con cambios de tamaño adecuados, donde todo esté en su posición, un buen índice que funcione, etc.... la cosa cambia.
Amazon ha lanzado un nuevo plug-in para in-Design que ayuda bastante, pero tampoco hace milagros.

No quiero aburriros más con cosas de diseñadores y maquetadores, ya que al fin y al cabo lo que a vosotros os interesa es el libro. Esta tarde nos toca pelearnos con el ebook, ya que la versión para imprenta está prácticamente lista.

Digamos que Anagennese está ya gratinándose.

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